José (Madrid)
Desde que aprendí a hacer jabones y detergentes ya no los compro. Es algo realmente fácil: agua, aceite, sosa y, a veces, algunas gotas de esencia para dar olor. Así hago jabones un poco más suaves para el aseo personal (manos, cuerpo y cabeza) y otros más bastos para la cocina y cuarto de baño. El repertorio se completa con vinagre de limpieza (en cuya etiqueta se lee simplemente «Composición: vinagre») y un fregasuelos casero elaborado con dos litros de agua caliente, dos cucharadas de bicarbonato y un buen chorro de vinagre. Para la ropa sí compro jabón en pastillas (nada de suavizantes ni similares), mezclado con el jabón casero diluido en agua.
Cualquier champú, gel o detergente contiene decenas de productos químicos, de los cuales la mayoría son desconocidos para muchos de nosotros. Productos que acaban yendo por los sumideros de nuestras casas, juntándose con otros residuos químicos de otras tantas casas, recorriendo nuestros ríos, impregnando los acuíferos y contaminando los mares. Yo encuentro una íntima satisfacción sabiendo que no estoy contribuyendo a nada de eso y comprobando que el aseo y la limpieza de mi cuerpo y de mi casa son compatibles con el respeto al medio ambiente. Porque además estos jabones no generan envases de plástico (salvo el de la garrafa de aceite y el bote de sosa, que duran bastante). Sé que los jabones líquidos son muy cómodos, pero ya me he acostumbrado a frotar el jabón sólido con el estropajo o la esponja y puedo asegurar que es un ejercicio sencillo, que hago de forma consciente.
Por otra parte, aunque no haya sido mi intención primera, sé que esta forma de limpieza y aseo no solo es más sostenible sino también más saludable, pues evito el contacto de mi piel, mi pelo y mi casa con productos químicos. ¡Ah! Y seguramente también más barato que si comprara los jabones y detergentes ya elaborados.
Bueno, no todos los jabones que utilizo en casa los he hecho yo. A veces hay personas que me conocen y que saben lo que me gusta que me regalan algún jabón artesanal y/o ecológico… Agradezco estos regalos y disfruto de ellos, admirándome de la sabiduría y el arte de quien los ha elaborado.