El hecho de compostar no es algo que deba considerarse tan sólo para quien tenga un huerto o jardín, y que quiera ver crecer mejor sus plantas. Eso es estupendo, pero hay mucho más en el compostaje.
Por una parte, se está perdiendo mucha de la riqueza de suelos fértiles. Esto hace que cuando llueve, ese agua no lo recoge el suelo fértil, ni sirve luego para nada. La falta de suelo fértil es una estupenda forma de desertificación, y también de canalización de lluvias torrenciales.
El compostar implica que los resíduos orgánicos que desechamos puedan volver a la tierra, a fertilizarla, y a completar su ciclo. También que los suelos fértiles puedan volver a ser fértiles de verdad, y ayudar a esa vegetación que a su vez nos ayuda con el CO2 y con la mitigación del cambio climático.
¿Os imagináis que un barrio en una ciudad compostara, y cediera su tierra compostada para sus jardines, parques y zonas estériles? Habría una vegetación mucho mejor, y en lugar de quemar los restos orgánicos, tal y como se hace en muchos sitios.
Aquí tenéis este estupendo vídeo, de unos 3 minutos, y en el que se explica estupendamente.
¿Te animas a compostar?