“Un fin de semana muy integrador”. Así resumía uno de los participantes el taller de fin de semana de Biotropía que ha tenido lugar en Becerril de Campos (Palencia) los días 10-12 de abril.
Así ha sido y así es. Comenzamos el sábado por la mañana con un ejercicio de conciencia corporal, integrando la mente, el cuerpo y el afecto: ¡Qué maravilla! ¿Qué necesidad tenemos de pensamientos cuando la mera percepción de nuestro cuerpo y de la realidad que nos llega a través de los sentidos es tan alucinante?
Integración también con la naturaleza, entre otros medios gracias a otro ejercicio de percepción a mediodía: oler las flores que inundan la pradera, abrazar los árboles que ya empiezan a echar brotes, tocar la hierba y sentir su textura…
Integración de unos con otros, durante todo el fin de semana y especialmente el domingo por la mañana en una dinámica de encuentro y de comunicación no verbal. No necesitamos decirnos que somo uno para experimentarlo.
Un fin de semana para aprender a integrar toda la información que recibimos, de forma crítica, y para ser conscientes de las repercusiones de nuestra forma de vida y preguntarnos cómo podemos vivir de otra manera sin causar tanto daño y sufrimiento. Para aprender a obrar en conciencia y a vivir de forma íntegra. Una vida consciente lleva a una vida consecuente. Y esto en medio de las circunstancias de cada día, asumiendo nuestra parte de incoherencia (es imposible ser 100 % coherente en todos los ámbitos de la vida), cada cual desde donde está y hasta donde puede. Sin dejar de ser felices. Vidas integradas en una corriente imparable a favor de otro mundo mejor posible. ¡Y cuánta buena gente contribuyendo a ello! ¡Otro mundo está ya siendo posible!
Y, para complicar un poco las cosas, un taller integrado el sábado con actividades para niños, en las que experimentan y aprenden, en su nivel, lo mismo que los adultos: tanto unos como otros siguiendo la pista a productos cotidianos de consumo, amasando panes y pastas (¡por supuesto, con harina integral, integradora!), dejando momentos para la interioridad y expresión corporal. Y para el juego. ¡La aventura de vivir de otra manera!
Definitivamente, un fin de semana integrador, íntegro, integral.