Sin dejar de ser felices

Lo importante no es mostrar que se puede vivir de esta manera sino mostrar que se puede ser feliz viviendo de esta manera. Si el esfuerzo por vivir así nos hace perder las alforjas de la alegría, del entusiasmo y la esperanza, entonces es que hay algo fundamental que nos hemos dejado por el camino y lo mejor que podemos hacer es retroceder y recuperarlo.

¿Es posible experimentar compasión por los necesitados, trabajar por y junto a ellos y a la vez ser feliz? ¿Es posible simplificar nuestra vida, decrecer en nuestras supuestas necesidades, llevar una vida sobria, y seguir siendo felices? ¿Es posible hablar del hambre y de la miseria, de la violencia social y medioambiental, del abismo mundial y de la injusticia… manteniendo la sonrisa permanente y el entusiasmo en los ojos? ¡Las vidas de muchas personas nos muestran que sí lo es!

FelicesLo importante no es mostrar que se puede vivir de esta manera sino mostrar que se puede ser feliz viviendo de esta manera. Si el esfuerzo por vivir así nos hace perder las alforjas de la alegría, del entusiasmo y la esperanza, entonces es que hay algo fundamental que nos hemos dejado por el camino y lo mejor que podemos hacer es retroceder y recuperarlo.

¿Es posible experimentar compasión por los necesitados, trabajar por y junto a ellos y a la vez ser feliz? ¿Es posible simplificar nuestra vida, decrecer en nuestras supuestas necesidades, llevar una vida sobria, y seguir siendo felices? ¿Es posible hablar del hambre y de la miseria, de la violencia social y medioambiental, del abismo mundial y de la injusticia… manteniendo la sonrisa permanente y el entusiasmo en los ojos? ¡Las vidas de muchas personas nos muestran que sí lo es!

Pensemos en tantas manifestaciones callejeras en las que se protesta por la injusticia social, se defiende el derecho de los más débiles o se expresa la voluntad de paz por encima de toda violencia. Es muy serio lo que se está reivindicando ¡y sin embargo el ambiente es de fiesta!

Denunciar las injusticias es compatible con mantener la alegría. Llevar a los pobres en el corazón y sufrir con el dolor que se le está infligiendo a la Tierra, es compatible con gozar de la vida, de la naturaleza, del arte y la cultura. Por eso, además de intentar mostrar que otro mundo es posible con nuestra manera de vivir, es bueno y necesario celebrar las pequeñas victorias y compartir las alegrías que vamos encontrando en el camino. ¡Sí, celebremos! ¡Hagamos fiesta! Y demos gracias por las ocasiones en que podemos disfrutar de la vida, de modo sencillo, gratificante, en coherencia con nuestros valores. El mejor testimonio no son nuestros argumentos teóricos sino nuestra propia vida.

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