Boletín Biotropía. Proyecto educativo Okavango
Okavango, la aventura de vivir de otra manera es una propuesta de educación en el tiempo libre para niños, cuyo objetivo se centra en el aprendizaje práctico de formas de vida «altermundistas» (de “Otro mundo es posible”). Los principios y valores brotan de los de Biotropía -expresados en su manifiesto– buscando una educación integral en las cuatro dimensiones básicas de la persona: solidaria (relación con los demás), sostenible (relación con la Naturaleza), saludable (relación con uno mismo) y espiritual (relación con el Misterio).
El río Okavango, al contrario que todos, no desemboca en el mar sino que se desparrama por tierra en medio de una región seca de Botsbuana, creando una extensísima región de humedales con gran biodiversidad. Del mismo modo, descubriendo la aventura de vivir de otra manera, distinta y alternativa al estilo de vida consumista de nuestra sociedad, pretendemos comportarnos como el río Okavango: llevando una vida diferente, queremos dar mucha vida y fecundidad, para bien de nosotros mismos, otras personas y sociedades y el medio ambiente global.
Después de un periodo “experimental”, comenzado en enero de 2015, es el momento de presentar abiertamente este proyecto educativo, que cuenta con dos grupos, uno en Madrid y otro en Valladolid-Becerril de Campos, con niños entre 8 y 13 años. ¡Se admiten nuevas incorporaciones! Más información en www.biotropia.net/okavango.
En el día de San Francisco
El 4 de octubre se celebra la fiesta de san Francisco, “el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos” (papa Francisco). En el resumen semanal de noticias en Twitter encontramos algunos enlaces de temática ecológica: el número monográfico de la revista Razón y Fe, los pasos que está dando Escocia hacia la Economía Circular, la noticia positiva de que los funcionarios de Pernambuco (Brasil) ganarán un día libre por cada 15 que vayan en bicicleta al trabajo o la celebración el lunes 5 del Día Mundial del Hábitat.
Esta semana también ha traído multitud de artículos en torno al fraude de Wolkswagen, que está haciendo que salgan a la luz otros posibles fraudes, por ejemplo en la calificacion energética de electrodomésticos, a lo que se suman indicios de dejación de funciones de la Comisión Europea.
No nos olvidamos de la crisis de los refugiados, leyendo un impecable comunicado de la Fundación Sevilla Acoge, un crítico artículo de Santiago Niño Becerra o el testimonio de una red ciudadana en Madrid que ha acogido a 150 refugiados.
Y, entre otros enlaces interesantes, algunos artículos sobre la Economía del Bien Común: el Comité Económico y Social Europeo reconoce a la Economía del Bien Común como un modelo económico sostenible orientado a la cohesión social. En España, cabildos y municipios canarios adoptan estos principios.
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Taller de fin de semana de Biotropía
Recordamos la convocatoria de una nueva edición del taller de fin de semana de Biotropía, que tendrá lugar en Collado Mediano (Madrid) los días 23-25 de octubre. ¡Abiertas las inscripciones!
Y, como siempre, las presencias de Biotropía en Facebook, Paper.li, Biotropía Práctica, y MeetUp “Hábitos de vida sostenible”.
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La cita espiritual. Encíclica Laudato Si’ (10-11). Papa Francisco.
No quiero desarrollar esta encíclica sin acudir a un modelo bello que puede motivarnos. Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma. Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.
Su testimonio nos muestra también que una ecología integral requiere apertura hacia categorías que trascienden el lenguaje de las matemáticas o de la biología y nos conectan con la esencia de lo humano. Así como sucede cuando nos enamoramos de una persona, cada vez que él miraba el sol, la luna o los más pequeños animales, su reacción era cantar, incorporando en su alabanza a las demás criaturas. (…) Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo. La pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio.