Fin de año, comienzo de año
Todo cambio de ciclo –aunque sea el convencionalismo del cambio de calendario– es una oportunidad para volver la vista atrás, agradeciendo lo bueno vivido, y lanzarla hacia adelante, esperando lo bueno por vivir. También en Biotropía tenemos mucho que agradecer del año que termina, el segundo de nuestra andadura. Y también miramos el nuevo año con ilusión y ganas de afrontar nuevos proyectos que ayuden a muchos a contribuir a otro mundo mejor posible con nuestra manera de vivir. ¡Feliz 2015 para todos!
Biotropía en la web
En estos día navideños podemos ver un anuncio «contrapublicitario» a partir del eslogan «Haz feliz a alguien en Navidad«, o leer una reflexión de Esther Vivas sobre «El lado oscuro del menú de Navidad«, o tener noticia de la ciudad china de Yiwu, «el verdadero taller de Santa Claus«, donde se fabrican más de la mitad de todos los adornos navideños del mundo. También invitamos a leer el artículo de Koldo Aldai «Abrazar al contrario«: Estrechar al contrario no es darle la razón, es reconocer su humanidad, valorar la mutua unión inherente por encima de su color político…
Estos y otros interesantes enlaces en el resumen semanal de noticias en Twitter.
Y, como siempre, los sitios web de Biotropía en Facebook, Paper.li y Biotropía Práctica.
La cita espiritual.
Deseo invitar a cada uno, según su puesto y responsabilidades, a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. Preguntémonos, tanto comunitaria como personalmente, cómo nos sentimos interpelados cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas. Algunos hacen la vista gorda, ya sea por indiferencia, o porque se desentienden de las preocupaciones diarias, o por razones económicas. Otros, sin embargo, optan por hacer algo positivo, participando en asociaciones civiles o haciendo pequeños gestos cotidianos –que son tan valiosos–, como decir una palabra, un saludo, un «buenos días» o una sonrisa, que no nos cuestan nada, pero que pueden dar esperanza, abrir caminos, cambiar la vida de una persona que vive en la invisibilidad, e incluso cambiar nuestras vidas en relación con esta realidad.
(Papa Francisco. Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz. 1 de enero de 2015. «No esclavos sino hermanos»)