Una semana en comunidad de aprendizaje

Visita al huerto CSA

«Se me han aclarado muchas cosas, y eso me aterra, porque me doy cuenta de que la posibilidad de cambio empieza por mí», expresaba uno de los participantes el último día del cursillo de iniciación a los estilos de vida en conversión/en transición que ha tenido lugar en la casa de oración «Isaías 11», en Zarzalejo (Madrid) del 4 al 11 de agosto. Junto a él, otros participantes -una docena de adultos y un niño- comentaban también sus vivencias de la semana. Unos días en los que hemos querido vivir en la práctica lo que tratábamos en los contenidos: una forma de vida sencilla, un tiempo diario de recogimiento y meditación (y una mañana de silencio y ayuno), alimentación ecológica y vegetariana (¡incluido pan casero hecho por nosotros!), limpieza y aseo con jabones artesanales que aprendimos a hacer. Y, sobre todo, unos días viviendo en comunidad de aprendizaje, compartiendo saberes y habilidades, repartiéndonos las tareas domésticas y cocinando por turnos.

Trabajo en la huerta

Ésa es una de las intuiciones más profundas de las Comunidades en Transición: la energía barata -básicamente la del petróleo- nos ha hecho ser individualistas. Cuando la energía deje de ser tan accesible nos necesitaremos más unos a otros. La mejor manera de hacer esta transición hacia una sociedad no dependiente del petróleo es formar grupos de apoyo mutuo y consumo compartido.

Taller de jabones

Una comunidad de aprendizaje de personas que no nos conocíamos, de procedencias distintas, con un amplio rango de edades y sensibilidades espirituales diversas. «El hecho de que algo pueda servir a personas tan distintas muestra que ese algo tiene mucho de verdadero», comentaba otro.

Cuando alguien preguntó a Javier Zarzuela: «¿cuántos sois en Zarzalejo en Transición?», la respuesta fue: «No sabría decir con exactitud, porque más que un movimiento, Zarzalejo en Transición es una movilización: personas entrando y saliendo, personas poniendo en marcha iniciativas de transición hacia otra forma de organizarse y de satisfacer juntos nuestras necesidades y sueños. Por eso, no te fijes tanto en cuántos somos sino en cómo nos movemos y en los frutos de esa movilización».

Sesión con Javier Zarzuela

«Personas entrando y saliendo…». En la evaluación se valoró el enriquecimiento que supuso el que las actividades estuvieran abiertas a quien podía incorporarse puntualmente. Un clima de libertad, respeto y confianza, que hace posible la integración en sus múltiples dimensiones. Integración personal, de cuerpo, mente y espíritu. Integración de unos con otros. Integración con la Naturaleza, en cuyo entorno privilegiado nos encontrábamos.

Uno de los principales dramas de la vida en las ciudades es que se ha perdido la conexión con el campo, no tanto la relación física -pues el campo siempre está ahí y podemos verlo y visitarlo- sino la relación con la forma de vida y la sabiduría de la gente del campo. Por eso en nuestro programa no podía faltar un día de trabajo en el huerto CSA de Zarzalejo en Transición -de cuyas hortalizas estuvimos comiendo esos días- y otro día de excursión a la Silla de Felipe II y las Machotas. El tiempo dedicado a estar en la Naturaleza siempre enriquece.

Velada musical

¿Para qué nos ha servido esta semana? Para ser más conscientes. Conscientes de nuestra propia realidad corporal y espiritual. Concientes de la conexión con todo lo que nos rodea -todo está relacionado- y de las repercusiones que nuestra manera de comportarnos tiene en otras personas y en el medio ambiente. Y para poder ser un poco más coherentes con todo eso. Y para dejarnos fluir con naturalidad en esta corriente de vida y vida para todos que reconocemos en tantas iniciativas y «movilizaciones». ¡Cuánta buena gente poniendo en práctica estilos de vida en conversión!

 

 

 

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