Participación social. Colaboración con ONGs. Transformación política.
Participar en los cauces ciudadanos de mi barrio, municipio y país. Colaborar con ONGs de desarrollo y asistenciales haciéndome socio, contribuyendo con mi dinero, dando mi tiempo o divulgándolas. Suscribirme a sus boletines y mantenerme informado de sus actividades. Participar en encuentros, comunidades y foros sociales que procuren otro mundo posible y que promuevan la resolución pacífica de conflictos. Ejercer responsablemente el derecho al voto. Militar o colaborar en un partido político, sindicato, asociaciones de vecinos y consumidores, movimientos sociales y otras formas de participación ciudadana. Participar en manifestaciones…
Tras la denuncia de las injusticias, es paso consecuente es la participación. Tras el famoso libro de Stéphane Hessel ¡Indignaos!, su siguiente título fue ¡Comprometeos! Y es que «no hay protesta sin propuesta», sin hacer todo lo que esté en nuestra mano para cambiar las cosas.
El Movimiento 15M, que comenzó siendo una ola de clamor por parte de «los indignados», fue enseguida organizándose en diversos cauces y niveles de participación social. Ante quienes piden resultados (que los hay, aunque no sean muy visibles) y critican que este movimiento no tiene un proyecto claro de gobierno, las respuestas están más en las herramientas que en el resultado, el camino que en la meta: participación, transparencia, rendición de cuentas, justicia, integridad moral, ejemplo público y búsqueda del bien común… Pasando así de una democracia representativa a una democracia participativa.
Y lo cierto es que en España están creciendo el número de asociaciones, que se han duplicado en diez años (y otro tanto ha sucedido con las fundaciones). ¡Qué buena señal! Es sabido que en todo gobierno totalitario, una de las medidas de control social es la prohibición de reunión y asociación. Y que la multiplicación de las asociaciones son un síntoma de salud y madurez de una sociedad. Es cierto que algunas de estas nuevas asociaciones buscan únicamente defender los intereses de sus miembros, pero otras van más allá, poniendo la mirada y la sensibilidad en los intereses de otras personas, del medio ambiente y del bien común.
La Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España (CONGDE), fundada en 1986, está formada por casi un centenar de ONGD y 17 Coordinadoras Autonómicas que, en total, suman más de 450 organizaciones dedicadas a la cooperación internacional, la ayuda humanitaria, Sensibilización y Educación para el Desarrollo , Investigación y Reflexión , incidencia política y Comercio Justo.
Junto al llamado Tercer Sector, es obligado mencionar a quienes canalizan su participación en la sociedad a través de los partidos políticos con representación parlamentaria (estatal, autonómica o local) y de los sindicatos. Quienes de forma sincera buscan el bien común a través de estas mediaciones deben soportar con frecuencia el merecido desprestigio que sufre hoy el mundo político y sindical, por los casos de corrupción en políticos y sindicalistas, arrastrados por el afán de riquezas y de poder. Por eso, más que nunca sigue siendo necesario hoy un compromiso honrado en estos ámbitos.
También están los que se lían la manta a la cabeza y fundan partidos políticos nuevos con vocación alternativa. Como el Partido por un Mundo más Justo (PUM+J), el Partido SAIN y el Partido EQUO. ¡También son necesarias estas nuevas formas de participación política! No olvidemos que «el fin de la pobreza es una decisión política».
¡Cuánta buena gente contribuyendo a otro mundo mejor posible desde estos ámbitos de participación!